Os enviaré rosas
ante la luz
que persigues
en todos sus matices,
te envolverá
en el beso
cuando caiga la tarde,
en el arrullo
más espeso
y acariciaré esos sueños
que nos llevan al alarde
del relato más pequeño.
Y te hablaré
en un suspiro
del brillo de los recuerdos
mientras alejas el reproche
sabiendo que esta noche
nuestras vidas
darán un giro
hasta el mundo de los cuerdos.
Todo
porque te quiero
en el rincón de la alegría,
dibujando
en la costumbre
las ansias al nuevo día
a fuerzas de ser sincero...
Te quiero...
junto a esa lumbre
refugio dulce de vida.
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