Has creado un mosaico
con tu rostro estrafalario
donde los colores son
el declive de un poemario;
te has pintado la cara
con tonos ocres de barro
y te has abierto al murmullo
del verso y la palabra.
Porque el poema era
hacer belleza del alma,
pero has sacado el espíritu
vestido de forma extraña;
y así quieres que te quiera
columpiada de una rama,
haciendo muecas y gestos,
graciosa en extrema hazaña
para jolgorio de muchachos
que sólo piensan en la espera
de demostrar que son muy machos
al amparo de una escalera.
Pero yo ya te quiero con verte
sin que luzcas como una estrella,
te quiero, no quiero perderte...
Cómo serte más sincero...
para mí eres la más bella.
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