La calle vigila
tus andares torpes,
tus gestos de caricias
y la prisa en el detalle.
Cámaras provistas
de un ojo -infrarrojo-
mientras ignorante caminas
al bar de la esquina
buscando quitar de en medio
la sed de tu boca...
Y no te equivocas
si miras hacia las fachadas
verás sombras de espías
urdiendo en tu vida
al valor de la nada
y el todo que provoca
ser víctima de las miradas
en cuencas vacías...
La calle vigila...
E Internet es una avenida
de innumerables derrotas
yendo al fondo de unas aguas,
de un lago, en ese laberinto...
que nos abre de golpe la herida.
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