Resplandor amarillo
junto al nido del ave
sumido en la melancolía
amarga de la tarde.
Por ti entrego el detalle
del sueño
hecho a la vida,
por ti doy
amor suave,
una pequeña estrella prendida
en el talle de una doncella;
y atrapo ese suspiro
en un respirar profundo
para ofrecerte de regalo
el sentido de este mundo
por donde caminan
los parias
al destino de una profecía.
Profecía que libera la luz
de cada vela
en el cielo
y pronuncia el nombre del pobre
en la riqueza de un anhelo.
Porque oro no tengo
contemplo tus pupilas azules
en ese aroma a romero
y te digo seguro: Una noche
se cumplirá tu deseo.
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