miércoles, 21 de noviembre de 2012

QUEDAS A MERCED DEL BESO

Quedas a merced del beso
y hay garras de fieras despiertas
que hieren a escondidas tu cara;
porque hay fauces de león
herido alimentándose del silencio
otros gritan a la gran pesadilla:
Aúllan lobos la luna llena
allá en Sierra Salvada
justo el norte empieza.

La noche se presenta clara
sin tiempo para la suplica,
manchan de savia tu rostro
y depositas la queja en el bosque
para compartir ausencia con gnomos;
el rastro del vómito se crea despacio,
deja señales en el tránsito a una gruta,
vivienda cara en sociedades enfermas
y procuras ser fuerte ante el vacío.

Porque ya sólo cabe el amor
que dejo para el final... No escape
y me vea envuelto en la duda:
Sólo el amor nos traerá la calma
para vivir lejos de las trampas
que incluso ahora se imaginan
al iniciar la nueva ruta.

Sólo el amor se nos confiesa
digno de superar un destino
entre el lodo y la hierba,
antes de quedar... Solos...
A merced del beso.

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