Acaricié unas tetas,
delicia en las manos,
miel en los labios
que seduce mi boca
a la vez que provoca
mi mayor entusiasmo.
Acaricié unas tetas,
¡ay, muchacha traviesa!,
respiras el aire
de la montaña bella
y hueles a aroma,
suave olor a princesa.
Acaricié unas tetas
en mi andar solitario
una mañana de niebla,
de sensación opaca
escribí en el diario:
Las tetas que toco
parecen ser la ubres
de una hermosa vaca.
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