Encuentro vacío el momento
para decirte lo que pienso,
me enfrasco en la duda
de mi suprema soledad
y noto como brota
la lágrima
por tus pupilas;
a veces ignoro cómo eres
de verte tan alegre,
imagino que el llanto
te hace indiferente,
pero también lloras
aunque lo hagas
a solas
sin dar a conocer
tus sentimientos.
Quieres agradar al mundo,
mas el dolor va por dentro
como gusano que perdura
en el ánimo
más profundo.
Tienes la savia viva
de hiedra que se agarra
a la piedra
y al arrullo;
tienes presente el orgullo
de una dulce caracola,
pero a la postre...
Aún lloras.
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