No somos ángeles
ni espíritus buenos,
cabalgamos en la noche
sin poner al viento freno.
Y el Ángel de la paz
dijo un día sus palabras:
quiero en gloria luchar
contra la miseria mundana.
Arrecia la furia del Cielo
en el grito de las ideas,
quien no lleva a cuestas su cruz
lleva negra la calavera,
y así la esclavitud
se abre camino en la Tierra.
Que somos pobres
para cultivar perlas
y arar surcos blancos
en medio de las tinieblas.
Y yo que quiero el Reino
me peleo con las fieras
que alimentan mi imaginación
desde tiempos de las cavernas.
Sólo le pido a Dios
me deje amar a Eva.
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