martes, 15 de mayo de 2012

A MI MADRE

Era un viento suave,
era un viento agradable,
era un viento en la tarde,
era un viento...
que se llevaba las palabras
a un rincón del firmamento,
que acariciaba tus cabellos
como si fueran los dedos
del amor que por ti siento.

Y en la luz del detalle
iban tus dudas de madre...
y aunque no hables, sueño,
con la sonrisa de tus labios
hechos todavía al silencio,
a aquellos largos besos
que en mis mejillas encendían
las llamas del momento.

Cómo no recordarte
humilde y cenicienta,
risueña y contenta
en un viento suave
donde poder amarte
mientras te contaba cuentos
que inventaba para ti.

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