Me derrumbo de palabra
cuando musito la espera.
poco soy,
soy calavera,
paso a paso,
torpe paseo;
en la gracia me mareo
cuando voy a tu vera
y me dices
en este recreo
con voz suave de deseo:
Adelante,
estás como una cabra.
De ti así lo esperaba,
una tras otra
sacudida
depositada en mis espaldas,
golpe que nunca acaba
por percutir en la vida.
Llevo llagas heridas
al sentir el abandono;
el agujero en la capa
de ozono
es ridículo a la sombra
que se adivina en tu cara
bendita
y me acongoja
verte risueña,
tan desprendida,
con aire de fugaz sirena
resumida en una fiesta.
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