Siempre he visto en ti
el aleteo del colibrí
en la maravilla que brilla
desnuda la piel y el sueño
despertando del trueno
que acompleja al desliz
de una tormenta traviesa
en medio de la noche.
He visto en ti el miedo
a las sombras viejas...
Pero las caricias de mis dedos
no abandonan tus cabellos
hasta hacerte sentir nueva
mientras alardeas de presencia
ante la carencia de estrellas
en un mundo que se renueva
entre mis besos y mis poemas.
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