Me hablaste alguna vez
del oscuro asfalto,
de los pájaros oscuros
que vuelan...
A mil quinientos centímetros de altura.
Me hablaste
de un olor divino que trasiega el aire,
y de la locura del hombre que se adivina
junto al norte
a golpes de vientos.
Y del suelo... Y del suspiro...
Y del hombre tonto jugando
risita en los ojos... Del niño
iluso... Del andamio que tiembla...
Y del mar soñado en trance.
Poema sacado del poemario
"Al despertar se tiembla".
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