Aparta de mi esta congoja
que sangre roja
se adivina
en medio de la ruta divina;
un dolor y una mortaja
me acompaña con furor
al mismo umbral
de la caja.
Si no soy muerto...
¿Acaso vivo el sufrimiento
de verme más dormido
que despierto... en el nido
y soy cautivo del movimiento?
Aparta de mi esta congoja
que no quiero caer al lodo
y sufrir ausencia,
¡de ningún modo!,
procuro el alma que se aloja
en su hueco
y lo es todo.
Que no quiero morir
y ver
como fluye la sombra
de la nada,
y no perdona la figura alada
envolviendo en vuelo mi ser.
No quiero mañana ni ayer
ser alimento de gusanos
en cualquier cagada.
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