sábado, 16 de julio de 2016

ARRABALES DEONDE LA SOMBRA




Arrabales donde la sombra
mitiga el cansancio
                                de la alondra
y el espíritu escaso se abandona
ante el engaño peregrino
del hombre insulso
                                que no perdona.

Pude merecer hasta el pecado
en ese espacio del extrarradio
cuando duerme la ciudad su noche
ajena a ese rostro solitario
justificado en el vil reproche
el azote del nombre mal nombrado.

Hay que revisar los malos diarios
enmudeciendo de palabras vanas
cualquier vocablo
                              que cada mañana
nos lleve a las trampas de un calvario.

Y pronunciar el nombre divino
del hombre
                    en su duro camino
por llegar donde la luz prende
su energía
                  sin renegar al destino
que es el tuyo
                        y también el mío
en este laberinto donde el desatino
florece en praderas verdes
y calienta un Sol de atardeceres.

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