He hallado la huella,
la verde primavera;
tus pechos florecen tiernos
ante los pétalos de una flor,
rosa que dicen los sabios
a la mayor perfección...
Es en tus labios abiertos
donde brota el manantial
de frescas aguas... Gotas
que se derraman por tu boca
y van a parar a la mar
por ríos que voy dibujando
entre caricias de tu pìel;
y me sorprende otra vez
el sentido de ese sonrojo
que emana de la delicia
de verte en la sonrisa
de quien sueña el amanecer.
¿Dónde florecen las rosas?
Te pregunto a ti en esta calle:
¿Dónde te dejas ver?
Y pienso: sólo eres ilusión
de quien contempla la primavera
para merecer... Te veo
con el semblante sereno,
en la corola de una flor,
a la menor ocasión te veo
sencilla y alegre en esta calle
y me alegro por conocerte
en un rincón claro de mi vida.
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