Y tú... provista alas
vuelas al sueño de la nube
y contemplas la pizarra
del cielo desde la cumbre;
piensas en la noche hermosa
suspirando entre las estrellas
que palpitan de luces sabias,
mientras entregas un beso
al rostro de la montaña
para hacer después de los labios
una sonrisa de la nada.
Tierna como la amapola
buscas el aroma de la aurora
hasta destinar los pasos
a la sombra que nos asombra
y realzas el amor en el espacio.
Muchacha de bellos sueños
confiesa con ojos risueños
cuál es la gratitud ahora
que depositas con la mirada
en las pupilas claras
del muchacho más pequeño
que traspasa tu morada
y no sucumbe al misterio.
Poema sacado del libro "Sueños casi rotos" 2020.
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