Podrás reírte de los hombres
cuantas veces quieras
pero nunca tendrás
en tu equipaje
el cuerpo de una sirena.
Podrás ser el más rico
entre los ricos,
el más bello en hermosura
mas te faltará el secreto
de quien juega
la travesura.
No niego ese atractivo
de caballero andante,
pero el brillo del diamante
se apaga
ante la duda.
Y en ti tampoco confían
incluso las aves peregrinas,
te tienen por desecho,
despojo de tus miserias,
espejo donde la burla
se refleja en la agonía.
Vagarás por la calle ciego
sin descubrir a la gente
paseando a tu alrededor;
sigue así en el ego,
no te mezcles en el lodo,
con quien huele una flor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario