Separaba la caricia
entre el llanto entrecortado
por el caos de la inmundicia
de un mundo
que yo no he creado;
me veras triste de veras
acompañando al pasado
en la derrota que esperas
asomar del otro lado.
No soy oscura alegría,
tampoco soy terco reclamo
amparado en la fantasía,
dejo escapar
el agua entre mis manos
buscando la maravilla
en los rostros más cercanos...
Y me pregunto confuso:
¿dónde recala la vida?,
¿dónde descansa lo extraño?
Si me arrastro en la aventura
procurando no ser apresado
en los rincones del mundo
a la luz de mis pecados.
Soy como soy
sin embargo
ajeno ancho a las insidias
que veo pasar de largo.
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