¡Qué es de mi suerte?
Si ando cabizbajo apenas
la acera que me condena
a ser paso entre las gentes.
¿Cuál es la causa primera
del desasosiego que siento?
¿Confundí acaso la tormenta
en la sacudida de un trueno,
me alce de valor oscuro
a la sinrazón del miedo
deshaciéndome del poema
para más penas de mis sueños?
Aún estoy vivo... Sonrío...
Amarga mueca que dejo
traspasar el calvario
de saberme permeable
a los golpes cotidianos
que da la vida a diario;
para creerme fuerte
dispongo de un abecedario,
para creerme fuerte y vivo
antes que me secuestre la muerte
y sea parte de un olivo.
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