Al abrir los ojos me digo:
¡Qué hermosa aurora
de manifiesta sonrisa
hoy me despierta!
Tentador el día
para dibujar una diadema
en una frente de princesa.
Cuánta sublime belleza
depositada en el aire
para consuelo del ave
que vuela a ras de tierra;
en su aleteo espera
la alegre brisa del viento,
enredarse en el secreto
de la maravilla clara
a diario que es la vida.
Busco en su vuelo el entusiasmo,
los matices que la amparan,
me conformo con el brillo
de la luminosa mañana,
para lamentarme luego
de no ser ave de fuego
sobrevolando las montañas.
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