Del aroma del primer beso
queda la caricia en los labios,
y mira si me confundo
pero eso no es pecado,
aunque sonrojes las mejillas
alumbrando cual un faro
en pos del grato recuerdo
festejado en tu diario.
Estás más cerca de la luz
del secreto mejor guardado;
dichosa la noche aquella
en que cruzaste la vera
del más puro de los poemas
y tuviste el amanecer claro.
Yo... Aún sueño con estrellas
creyendo tenerte al lado,
pero la realidad es otra,
del detalle a la derrota
hay un tramo solitario,
y me siento esta noche
como perro abandonado.
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