En los niños está la magia,
el despertar sereno al mundo,
es la aurora en que la infancia
se hace juego en el camino,
en la plaza de cualquier pueblo;
son las flores del destino
que abarcan la vida bella
en ese jardín de diádemas
sobre frentes sin malicia:
Es la etapa en que los amigos
no buscan egoístas el beneficio
ni te señalan con banderas,
es el paraíso, donde no valen monedas,
y el corazón vence al artificio.
Págame ahora con tu inocencia
porque todos somos peregrinos
en ese sueño que perseguimos
bajo el palpitar de una estrella.
Y es en el sano deseo
de amanecer junto a lo hermoso
en que te quiero ver luego
cuando de mayor contemples el gozo
de vivir el amor en su fragancia:
¿Ha sido o no ha sido magia?
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