Soñarás un amanecer
tras el umbral del olvido,
mirarás con ojos limpios
las caricias que van contigo,
y dibujarás en un papel
el nido buscando refugio
al volver hacia atrás
la vista y demás sentidos.
Has llorado, lo sé,
has roto el lazo del recuerdo
en la misma calle del deseo,
donde por cierto, como en una nube,
dejaste el corazón abierto...
¿Cuántas veces me has contado el secreto?
Ya no mendigas pedazos de amor,
solo anhelas otro cielo,
que no se rompa el amor a pedazos
ni te devore por dentro los celos.
Abierta... Queda por cerrar la herida,
por eso deambulas bares,
recorres plazas, paseas calles...
procurando gritar al viento
el resquicio que da la vida
al encuentro del detalle.
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