A veces caigo de bruces
en esa carrera de obstáculos
que suceden en el detalle liviano
donde nos encontramos y parecemos...
A veces me viene un dolor
desordenado cuando la brisa
se columpia entre mis dedos
y me acompañan suaves caricias
al otro lado de los sueños,
y pienso: No está mal la vida
a pesar del caos incierto,
nos hacemos grandes o pequeños
según las circunstancias,
pero amando, en una pelea por emerger,
hasta convertirnos en amigos íntimos.
Sufrí el abandono de la novia...
Quizá sea mi mayor dolor,
no saber cómo sucedió,
pasar del dolor al desprecio,
a tenernos como extraños, sin respeto,
cuando era cuestión de cariño.
Acaso la distancia endulza el presente,
pero el recuerdo es travieso
cuando despierto una mañana más
y tu ternura no la encuentro a mi lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario