Pienso en la luz del alba
cuando te vayas solitaria
buscando refugio en los aledaños
de una ciudad que enamora.
Por ti pasarán las horas
amiga de fatigas cotidianas,
y la llama quedará prendida
en el anillo de nuestras vidas,
Ya no solo son los recuerdos,
también las promesas cautivas,
y las palabras en el sueño
que despierta el ansia viva.
Busqué por todo refugio
tu regazo de mujer dormida,
y te vi desnuda en una playa
en el deseo que se evapora
cuando el reloj muestra la aurora
y eres caricia en mi despedida.
Qué decir de tus cabellos
oscuros a la luz del día,
y de tus pupilas negras
alcanzando el rostro de mi agonía;
cuanto más te anhelo te pierdo
en una tarde vacía.
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