viernes, 7 de septiembre de 2012

RESPIRO PROFUNDAMENTE EL AIRE

Respiro profundamente el aire
de la calle en su andadura,
y me dirijo cobarde
                               al arrullo
suave de la duda;
tengo que descubrir
                                la tarde
antes que salga la fiera
de su guarida al mundo,
notar presto los detalles
de las gentes más humildes,
anclar la nave en buen puerto,
hacer remolinos en el viento
de las personas que miran
la mar con ojos contentos.

Recelar de la tormenta
en un instante de gloria,
quedando las ventanas abiertas
hasta recobrar en la memoria
las palomas que regresan
al palomar... Tras el vuelo
por territorios lejanos.
Y esto solo, en solitario,
con la fuerza del sentido
hasta que me devoren
                                   los gusanos.

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