sábado, 25 de febrero de 2012

EL VUELO DEL SOLDADO



Regreso de la guerra,
a mi tierra hermosa,
a los hijos, a las madres,
a la esposa Elena,
refugio de centinelas.

Regreso esta tarde
de naciente primavera;
he matado inocentes,
cubierto de sangre mis manos,
merezco una condena
de parte de los hermanos,
de las pacíficas gentes;
que me devore el gusano
al grito de los ausentes.

Que les den por el saco
a todos los malvados
esos amantes opacos
de calladas calaveras.

Que les den por el saco
las renombradas banderas.

Soy pasto del infierno,
errante por las calles,
donde políticos y militares
lavan sus caras al detalle
para parecer los más guapos.

Soy sombra sin destino
ante un Sol de tortura,
un vulgar asesino
sin vuelo en su cordura   .

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