Eres diferente en el día,
resulta difícil amarte,
crecer en el silencio breve
la silueta grata del diamante.
Siento que me dices adrede:
en la flor de mi aroma
voy dibujando en mi persona
la caricia de un poema.
Y en el orgullo
sin mácula
de una tormenta en el trueno
surge la fuerza del relámpago
que asusta en su extremo.
Crezco en ti fatuo
la espera de una primavera
en que pueda ver de veras
cómo te cambia la vida.
Nacemos desnudos en la arcilla,
pertenecemos al barro,
nos hacemos de luz y engaño
al despertar temblando
la aurora en la pesadilla.
Sin querer nos hacemos daño
al distinguir primero
la tortura de un infierno
que nos clava entre astillas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario