En la casa de las brujas
se oye una sirena tierna
de gatos... Al viento maúllan
esperando levante la niebla
al tiempo que desayunan
para deshacer las dudas
entre bostezo y bostezo.
Claman en silencio el secreto
en el deseo del juego
dando valor al sueño
y devorando el engaño
en el devenir de los años
gracias a lo pequeño
que son los días robados.
Cada minuto acontece
el sabor de lo más bello
y en el jardín florece
la rosa del don extraño
mientras sucumbe el felino
a las caricias del dios amigo,
ronroneando fiel y contento
entre las flores y el sentimiento,
en esa luna cautiva,
cazadora y seductora,
bajo sus siete vidas.
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