martes, 24 de julio de 2012

DE LA INSULSA TRISTEZA

De la insulsa tristeza
respondo a la carantoña
de tus manos de princesa
que van dibujando mundos
imaginados en la cabeza
una noche de estrellas.

Hada, amiga de leyenda,
deja que mire tus ojos
despojados de la venda...,
que ellos son hermosos
y dicen lo que calla
la flor de la diadema
que adorna tu frente mansa
a la luz de un poema.

Porque las carantoñas alegres
son parte del risueño
con que compartes la vida,
una existencia sin dueños
hecha virgen a tu medida,
y engatusas a los más pequeños,
a hombres... Lejos de la miseria.

Pero tú sigue...
Sigue con tus carantoñas,
sigue siempre... Maravilla.

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