Quiero que sepas en la duda
el momento de la caricia,
que te adentres en la hermosura
de los truenos
en una tormenta;
que adivines el silencio
que quiere decir dulzura
en un suave pensamiento
arrebato
de la locura.
Y que pronuncies la palabra
dispuesta al reencuentro
de dos amantes
que fueron
orgullo en las pupilas.
Tienes ganado el tramo
del camino en la espesura,
el sendero que aún perdura
en el ancho perfil
del miedo.
De ingrato me sumerjo
en tus aguas
más profundas,
te estimo hasta el cariño
que siento por ti desnudo;
decir tu nombre es...
escaparse de este mundo
y acariciar las estrellas
del universo
más profundo.
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