¿Cómo valorar entoces
el detalle retando a la vida
de tus pupilas verdes,
si sólo fueron segundos
en que se cruzaron alegres
nuestras miradas en el mundo?
Me bastó poco tiempo
para sentirme contento
al abrirse la aurora
y ver ésa... tu persona,
abrazada a mi cuerpo.
Tan grato fue el silencio
que la palabra ya cuesta
alzarse en nuestros sueños
de dos criaturas opuestas.
Parece como si tuviera
tu espíritu en la calma
riendo junto a mi alma
por un deseo travieso
que sin darnos la espalda
suma más de diez besos
esta hermosa primavera,
y todavía juegas... confieso...
a ser dulce y tierna.
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