Sonreí ante tu travesura,
y ahora, me surge la duda
de si explosioné con el viento
cuando quería agradar
al deleite de tu deseo.
Es que habito la sombra
del rostro en un pañuelo,
y me devora la prisa
al ver tanto sufrimiento
pulular por mis adentros.
Quería en boca de todos
ser hombre aventurero,
demostrar en este mundo
que no loes todo el dinero...
Participando de la alegría,
del llanto y del recuerdo
en las fiestas de un pueblo
que son libre fantasía.
Sonreí ante tu travesura
de infanta guapa y serena,
y ahora, me embarga la pena
de no verte todos los días
columpiando los cabellos
en el tobogán de la vida.
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