La luz solar ya nació
del corazón de tu voz,
dibujo de un nuevo matiz
acariciando una flor.
Lloré una tarde al saber
que te alejabas de mí,
hubo momentos de sueños
en que quería hacerte feliz.
Y dejé pasar el tiempo
cabalgando en una nube
de desamor y abandono
para sonrisa de la luna,
para sonrisa de la vida;
y es que... para ser,
para vencer la melancolía
tejí mi disfraz de poeta,
tendencia a un mundo mejor
que me lleve a la palabra,
a decir el todo de la nada
mientras se resiste el alba
a perder su forma inmaculada.
Cuando pierdo el sentido,
pierdo en lo manso y en lo vivo,
y descuido en lo cotidiano
la furia que me ha seguido
para mitigar el daño
de una sombra que no es lo mismo
y en el disimulo...
aún creo en el destino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario