lunes, 18 de julio de 2016

MIENTRAS CREZCA EL CIPRÉS




Mientras crezca el ciprés
y su sombra me proteja
sonreiré al viento manso
que en mi piel se rebela
para dibujar un remanso
rotas todas las cadenas
que atenazan al humano
y le sumergen
                        en la  miseria.

Que quiero vestir al santo
sin que nunca llegue a monje;
elevar de su castigo
a quien derrama llanto
por esos campos de trigo,
quiero mitigar en el horizonte
los rayos del Sol
                            que queman
tierras baldías sin ríos
y confirmar en el presente
lo buena que es la gente
cuando de catástrofes se trata,
esa solidaridad grata
mientras pienso:
                            Nada hay perdido,
no vamos a la deriva
por esos mares prohibidos...
la humanidad aún está viva.

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