Justo el espacio de tu ausencia
me lleva el aroma
del clavel
envuelto en una piel de seda;
más cerca aún en la distancia
un olor a cuerpo mojado,
en las aguas de un manso
río
adivina la flor como la brisa
se hace orgullo a las caricias
y me transporta
a la alfombra,
verde hierba en un prado.
No soy mago ni adivino
pero tengo en ti
el recorrido
por quien no pasan los años,
y si el vacío nos separa
busco en el pasado
la mirada
de unos ojos buscando el cielo:
Grandes y tiernos,
negros,
alegres,
con la chispa del secreto;
el origen de la vida
y un tesoro que palpita
en cada breve recuerdo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario