lunes, 25 de julio de 2011

A FE QUE ME CONFUNDES

A fe que me confundes
la sonrisa en los labios,
me tienes en la duda
del embrujo ermitaño
y no sé si tu hermosura
es real o simple engaño
que deposita la ternura
en un rostro extraño
mismamente me deshago.

Sin creer en tu furia
me haces grave daño
al silencio que te acompaña,
y me digo si no soy débil
al dolor que me embarga
tratando de ser duro
sin quebrar la espadaña:
morirme quisiera un rato
para espantar la sombra,
vivir en la nube pura
y escarbar en el barro
el misterio que siempre asombra
a quienes persigue el llanto.
Y no quiero seguir tu camino...
Qué no... Qué no quiero
hollar las sendas del espanto.

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