domingo, 9 de enero de 2011

NO QUIERO EL VERSO OSCURO

No quiero el verso oscuro
poniendo puertas al destino:
Emerjo en la palabra
                                 y vivo
buscando en la luz el tesoro
de cuantos notaron el brillo
del eco en su retorno.

Carezco en flor de claveles,
mendigo en parte la vida
y dispongo de una estrella
que en las noches me guía
haciendo más corta la espera.

Dibujo,
             haciendo garabatos,
la realidad que me embarga
en el acontecer diario
                                  y voy
dando forma a la fruta
                                   dulce o amarga
que de mis pensamientos brota
acostumbrado a la horma
gastada de unos zapatos;
y temor tengo
                      a la derrota
de los sentidos en solitario,
por eso busco en la boca
el fresco sabor de unos labios.

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