Del capricho a la mirada
me parece sutil pecado
el arrullo con que soñamos
al revuelo de una falda
a propósito del sexo...
Me parece fruta prohibida,
camino que trae la vida
si te enamoras en exceso
al simple hecho travieso
para aparentar los sentidos.
Nos buscamos cara a cara
queriendo ser compatibles
al deseo en lo cotidiano
que pasamos de furia a sensible;
a una caricia de manso
hasta establecer el llanto
que supone nueva alegría
por tenernos ahora al lado.
No quiero dejar de quererte
aunque aflore la ausencia
y persiga el abandono
en esta calle donde verte
es refugio en lo más hondo:
Es presente, nuestra esencia,
razón de ser que hoy perdono.
No hay comentarios:
Publicar un comentario