Porque vi la forma
en el espacio de los pobres
ya no hablo de estrellas
iluminando el firmamento.
No hay distancias tan enormes
que nos distraigan el pensamiento
cuando aparece la miseria
columpiada de unos labios secos.
No hay perdón para el pudiente,
ni prebendas ni privilegios,
que puedan tolerar las gentes
al desplome de unos colegios;
y tú verás que no miento...
Ya los políticos y sus recortes
a las entrañas del magisterio.
Hambre para hoy...
Y hambre para mañana...
¿Quién sube esa montaña?
Cada vez más hambrientos,
cada vez más sedientos,
mientras los políticos, ciegos,
cuentan por miles sus sueldos,
sus prebendas y privilegios.
¿Quién sube esa montaña
si no puede pisar el suelo?
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