Porque las serpientes de los cielos
son de fuego
y me dan miedo
encuentro refugio entre los senos
de una mujer llena de sueños;
y al despertar
muy de mañana
la nieve blanca
en mis labios
se deshace
en beso y en agua,
se deshace
en mis entrañas
a la luz de un campanario,
a la sombra de una ventana.
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